Este es el caso de Carolina Segovia Veliz, quien fue intervenida en el Instituto Nacional del Tórax y actualmente se encuentra de alta en su hogar. Acá presentamos algo de su historia.
Situs Inversus es una condición en la que, básicamente, uno o más órganos se encuentran al revés de su posición normal imagen en espejo). Se trata de una condición muy rara y poco frecuente: según la Organización Mundial de la Salud (OMS) está presente en 1 de cada 10 a 20 mil recién nacidos y generalmente se asocia a una cardiopatía congénita.
Este es el caso de Carolina Segovia (43), quien junto con tener el corazón al lado derecho (dextrocardia), presentaba una estrechez (estenosis) severa de la válvula aórtica. Ella fue operada en dos ocasiones anteriores de su llegada al Instituto Nacional del Tórax (INT), y además presentaba un trastorno en la conducción eléctrica del ritmo cardiaco, llamado bloqueo auriculo ventricular completo, por lo que requirió el implante de un marcapasos definitivo.
La Dra. Katia Rivera, cirujana y especialista en Cardiopatías Congénitas del INT explicó: “Carolina fue derivada por su cardiólogo de cabecera del Hospital de la Serena, dedicado a las cardiopatías congénitas del adulto, el doctor Claudio Bugueño. Con el paso de los años, Carolina desarrolló una disminución de la fuerza de su corazón (insuficiencia cardiaca) junto con un malfuncionamiento de la prótesis valvular aórtica».
En esa oportunidad, fue atendida por el doctor Fernando Baraona, cardiólogo de la unidad de Cardiopatías Congénitas del Adulto de nuestra institución, y se complementó el estudio con un cateterismo cardiaco y ecocardiograma de estrés farmacológico. En la reunión de casos complejos que realiza regularmente el equipo de especialistas, se definió que era necesario realizar una nueva cirugía, teniendo en cuenta que correspondía a intervención de alto riesgo operatorio, dado la historia clínica de la paciente.
Finalmente, la paciente fue operada por el doctor Rodrigo González, nuestro cirujano especialista en cardiopatías congénitas complejas. «Se realizó un nuevo reemplazo valvular aórtico mecánico, reparación de la válvula tricúspide y se optimizó el marcapasos actual reemplazándolo por un marcapasos resincronizador, que contribuye a mejorar la función del corazón. La cirugía tuvo una duración de aproximadamente 11 horas y la paciente tuvo algunos momentos críticos en los días siguientes de la operación, que lograron resolverse exitosamente», profundizó la profesional.
La preocupación y acompañamiento del INT
Una intervención poco frecuente que fue revivida en palabras de Carolina al asegurar que “llegué con mucho miedo, pero sentía que todos estaban ahí conmigo; antes entraba a pabellón con los ojos vendados, ahora es primera vez que fue distinto. Quiero dar las gracias a todos acá, me han atendido súper bien, son excelentes y muy preocupados”.
“Durante la intervención tuve un paro, estuve 10 minutos ‘ida’ pero los doctores me reanimaron, es algo para seguir viviendo, me devolvieron la vida además también tuve miedo por el tema de la instalación del marcapasos pero obviamente salió todo bien”, agregó.
Tras la atención multidisciplinaria de Pabellón, Unidad de Cuidados Intensivos y Cuidados Intermedios Cardiovasculares, y un correcto seguimiento clínico, Carolina fue dada de alta hace unos días y se encuentra estable en su hogar.
Según agrega la doctora Rivera, atender a un creciente número de pacientes portadores de una amplia variedad de cardiopatías congénitas complejas constituye un desafío para la salud pública nacional, «ya que se requiere de especialistas entrenados, mayores recursos económicos y, sobre todo, el compromiso humano de los que trabajamos en esta desafiante y motivadora especialidad. El Instituto Nacional del Tórax brinda esta atención a más de 3 mil pacientes provenientes de todo el país».