En el mes del Cáncer de Pulmón, queremos hacer un repaso sobre esta enfermedad, la importancia de consultar a tiempo y los grandes avances que existen tanto en su diagnóstico como tratamiento.
Como la mayoría de los cánceres, el de pulmón es silencioso y a veces confuso, ya que sus síntomas son bastante comunes, lo que también aporta a que los pacientes lleguen tarde, pensando que lo que les pasa no es de cuidado.
En general, consultan quienes sienten un cansancio extremo al realizar actividades que antes hacían y que no le producían este agotamiento, quienes tienen una tos arrastrada o quienes bajan de peso sin razón aparente. “El gran problema de esta enfermedad, es que la gran mayoría de los pacientes llega tarde para recibir un tratamiento curativo. En esas condiciones, las posibilidades de que podamos hacer algo son prácticamente nulas”, explica la doctora María Paz Saavedra, neumóloga y parte del equipo de cáncer pulmonar de nuestro instituto.
Población de riesgo
Existen personas que son más propensas a contraer este cáncer, como quienes han fumado más de 30 paquetes de cigarrillos al año y tienen entre 50 o 55 años hasta 75 años, y también aquellos que dejaron de fumar hace menos de 15 años con ese mismo índice de consumo.
Pero además del tabaquismo, existen otros factores de riesgo, como el lugar donde se habita: “La exposición a diferentes contaminantes o biomasa afecta. Por ejemplo, pacientes expuestos en la infancia o juventud a humo de leña o de carbón como calefacción; quienes viven en zonas más contaminadas con radón, arsénico, asbesto (de los pizarreño) o con altos índices de smog, y quienes son fumadores pasivos, entre otros “; explica la profesional.
Avances y tratamientos personalizados
Pero conforme pasan los años, los diagnósticos y tratamientos se han ido perfeccionando: si antes era necesario someter al paciente a una intervención quirúrgica para hacer una biopsia, hoy el trámite es mucho menos invasivo: “Desde el 2015, se pueden usar muestras más pequeñas para las biopsias, que se obtienen de métodos poco invasivos y permiten hacer el mismo tipo de diagnóstico”, explica la doctora Saavedra. Y continúa: “En los tratamientos, el avance también ha sido importante; tanto así que este es uno de los cánceres que tiene mayor generación de estas nuevas terapias al año. Hoy estamos con el boom de la inmunoterapia y de los inhibidores de la tirosina quinasa, que están cambiando la historia”, asegura la doctora Saavedra.
Pero, además, el tratamiento personalizado es lo que se está implantando en todo el mundo. Es decir, atender a cada paciente según su historia y características. “Con eso y sus marcadores moleculares se elige la mejor alternativa de tratamiento. No hay tratamiento de rebaño; eso ya no funciona”.
En el INT existe un comité oncológico, el cual es integrado por un equipo multidisciplinario, el que junto al paciente eligen el mejor tratamiento a seguir.
Tecnología de punta en INT
Hoy, el sistema público ofrece algunos de los centros más especializados en esta patología. Y uno de ellos es nuestro Instituto, que cuenta con un laboratorio de anatomía patológica de última generación: “Tenemos la posibilidad de realizar un diagnóstico de la misma manera que una clínica privada y probablemente con mucho mejor tasa de éxito, porque nuestros patólogos están altamente especializados en cáncer de pulmón. Aquí es donde se ve la mayor población con esta enfermedad en Chile y hay importante background que nos ha hecho avanzar años luz. Por ejemplo, tenemos acceso a un muy buen diagnóstico histológico y a la inmunohistoquímica, que son marcadores que se hacen a la biopsia; tenemos muy buen diagnóstico molecular en cuanto a estudios de mutaciones, que hacemos el ALK, F.G.R. y ROS1 en la misma muestra, y además podemos hacer PDL1 en el mismo momento (este es uno de los marcadores que guían el tratamiento de la inmunoterapia). Todo eso nos pone muy orgullosos”, confiesa la doctora María Paz Saavedra.
Prevenir el cáncer al pulmón
Los hábitos saludables y equilibrados siempre ayudan a mantener una vida más sana. Actividad física, alimentación balanceada, no tener hábitos dañinos, como tabaco y drogas, hacen que el organismo esté en mejores condiciones y eso está descrito para casi todos los tipos de cáncer: “Uno lo ve: los pacientes que tienen hábitos de vida saludable llegan mucho mejor, independiente que ya estén en una etapa avanzada; tienen mejor condición de base, lo cual los hace tolerar mejor los tratamientos y rehabilitarse de mejor manera.”, asegura la profesional.