
Llegaron temprano. Con pancartas hechas a mano, poleras verdes, gorros, bloqueador solar y, sobre todo, con una convicción compartida. Eran personas trasplantadas, familiares de donantes, familias completas con niños y mascotas, amigas y amigos de quienes hoy esperan un pulmón, un riñón, un hígado o un corazón. Todas y todos dispuestos a caminar bajo el sol, no por deporte ni recreación, sino por una causa que merece ser vista, escuchada y conversada.
Así se vivió la 3ª Caminata por la Donación de Órganos, una iniciativa impulsada por el Instituto Nacional del Tórax, junto a Trasplantados del Tórax, la fundación Cambiemos la Historia, el Servicio de Salud Metropolitano Oriente (SSMO) y diversas organizaciones de la sociedad civil. Una actividad abierta, convocante y profundamente humana, que buscó visibilizar la importancia de la donación de órganos en Chile, un país que, pese a contar con una ley de donante universal, mantiene aún tasas bajas de donación efectiva.

La caminata comenzó en la salida del Metro Baquedano y recorrió las avenidas Providencia, Salvador y Rancagua, hasta llegar al Instituto Nacional del Tórax. Fueron cerca de dos kilómetros de recorrido, acompañados por Carabineros y la Bomba 22, resguardando la seguridad de quienes participaron durante todo el trayecto.

Durante la jornada, la directora del Instituto Nacional del Tórax, Begoña Yarza, destacó el sentido profundo de esta movilización ciudadana, señalando que “esta caminata es un símbolo de lo que las instituciones de salud y los trabajadores de la salud queremos hacer junto a ustedes. No hay ningún espacio ni ningún tema importante de salud que no debamos construir en conjunto”. Una convicción que, según recalcó, guía el quehacer del Instituto y su vínculo con pacientes, familias y organizaciones.
El recorrido avanzó al ritmo de En la Rueda Batucada, cuyos tambores, cajas y coreografías transformaron la caminata en una experiencia alegre y movilizadora. A su paso, transeúntes recibían folletos informativos, mientras conductores de vehículos particulares y del transporte público se sumaban a la causa con bocinazos de apoyo, convirtiendo la ciudad en un espacio de conversación y conciencia colectiva.
La actividad reunió a múltiples organizaciones vinculadas al mundo del trasplante, como ASODI Chile, Trasplantados de Hígado del Hospital Sótero del Río y La Vida con un Trasplante, reflejando el valor del trabajo colaborativo. Para la directora del INT, esta diversidad no es casual: “Están las familias, los trabajadores de la salud, los pacientes, las fundaciones, las universidades y la sociedad civil. Así es como se construyen las grandes causas, juntas y juntos”, afirmó.

Uno de los momentos más emotivos fue el testimonio de una paciente trasplantada de corazón, con casi 19 años desde su cirugía, quien compartió que “es posible vivir, vivir bien, y contarle a quienes están esperando un órgano que se puede. Nosotros estamos aquí para ser una inspiración y para agradecer a las familias que tomaron esa gran decisión”. Palabras que dieron rostro y sentido a una causa que muchas veces se aborda solo desde las cifras.
Desde el Instituto Nacional del Tórax, el compromiso es claro y permanente. “Esta es la casa de todos ustedes. Cuando se les ocurra una idea para avanzar en más donantes, golpeen acá. Seguro van a tener nuestra mano, nuestra ayuda y nuestro espacio”, señaló la directora, reforzando el rol del INT como un actor abierto, disponible y profundamente comprometido con la donación y el trasplante.
Más allá del recorrido, la caminata fue una demostración concreta del poder del colectivo cuando se une en torno a un propósito común. Cada paso, literal y simbólico, recordó que la donación de órganos no es una estadística ni un trámite, sino un acto profundamente solidario que permite que otra persona pueda extender y recuperar lo más valioso que tiene: su vida.


