Cada 4 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer, con el fin de educar y sensibilizar a la población sobre esta enfermedad. En el INT, la atención de las personas con esta patología es diaria y no cesó en el 2020.
Aunque la pandemia del COVID-19 ha sido el tema sanitario más relevante de los últimos 100 años, el compromiso contra el cáncer no ha parado. Durante todo el año 2020 la Unidad de Oncología del Instituto Nacional del Tórax atendió, en total, a 146 pacientes para requerimientos de Quimio-Inmunoterapia, esto sin contar las atenciones oncológicas recurrentes.
Según explica la doctora María Paz Saavedra, neumóloga del equipo de Cáncer Pulmonar del Instituto Nacional del Tórax, se intentó reducir al mínimo el impacto de la pandemia en los tratamientos a nuestros pacientes: “Logramos cumplir con las metas propuestas de seguir funcionando en el mejor rango de normalidad que nos fue posible”. Y continúa: “Estamos orgullosos de haber mantenido prácticamente la misma actividad de 2019 en cuanto a rendimiento, y esperamos que nuestros llamados a la población sean efectivos para optimizar la consulta oportuna”.
Es importante destacar que el Comité Oncológico funcionó durante todo el año para acoger los distintos requerimientos de nuestros pacientes, atendiendo a un total de 570 pacientes.
Además, hay un notable aumento de tratamientos con inmunoterapia y terapias dirigidas TKIs, los cuales se gestionan con el comité de Drogas de Alto Costo del Minsal para su aprobación, una vez que fueron presentados en Comité Oncológico de INT. Para que esto sea posible, el equipo de la Unidad de Cáncer Pulmonar está trabajando día a día con el fin de incorporar nuevas tecnologías que permitan dar al paciente un tratamiento oportuno, eficaz y de la más alta calidad y especialización, satisfaciendo sus requerimientos y necesidades, para otorgarles así una mejor calidad de vida.
Unidad de Anatomía Patológica INT: los expertos de Chile
Alrededor del 30% de los casos de cáncer al pulmón que se reciben en el Instituto se resuelven con cirugía. Sin embargo, la etapa en que se encuentra el 70% restante no lo permite y a ellos se les trata con quimioterapia, radioterapia o ambas y, en algunos casos, radiocirugía.
En esta línea, hay que destacar el importante trabajo de la unidad de Anatomía Patológica del Instituto Nacional del Tórax, la que está integrada por tres patólogos, dos tecnólogos médicos, una secretaria y una técnico paramédico (TENS). “Es un equipo pequeño, pero hacemos muchas cosas”, indica la jefa de la Unidad, doctora Cristina Fernández.
“Este servicio partió realizando menos de mil biopsias al año y hoy hacemos tres mil, más todos los exámenes complementarios. También nos llegan muestras de otros hospitales públicos para segunda opinión”, cuenta.
La Unidad de Anatomía Patológica del INT está vinculada directamente con la patología torácica, es decir de corazón, pulmón y pared torácica: “Diagnosticamos toda la patología oncológica y la patología médica de esas tres áreas. Tenemos un equipo multidisciplinario bien fuerte, yo diría que somos los expertos de Chile en enfermedades intersticiales, con un gran prestigio a nivel nacional e internacional”, explica la doctora Fernández.
Hay que destacar también que el INT tuvo el primer laboratorio molecular del sector público en todo Chile, en 2014: “Nos hemos guiado por las recomendaciones y guías del Colegio Americano de Patólogos y tenemos los test implementados y validados de acuerdo a esas guías. Somos los únicos que tenemos control de calidad externo: recibimos muestras una vez al año desde Europa, realizamos la técnica, enviamos los resultados y nos acreditan por un año. Es decir, todos nuestros exámenes están acreditados por un laboratorio internacional” asegura la patóloga.
¿Cuál es el desafío que se viene?
La doctora Fernández cuenta que el gran desafío que enfrenta su área es estar permanente actualizado: “Los conocimientos van avanzando en forma exponencial. Lo que antes se demoraba 5 años en determinar nuevas técnicas y nuevas mutaciones, ahora tarda menos de un año. Y uno tiene que estar siempre un poco a la vanguardia”, indica.
“En el cáncer de pulmón ya se conoce como el 70% de las mutaciones que están implicadas en su génesis. Y hace 5 años se conocía el 50% de las mutaciones”, agrega la profesional.
En base a estos avances, el Colegio Americano de Patólogos y todas las sociedades científicas internacionales van validando los análisis para las mutaciones nuevas que tienen tratamiento. Actualmente Anatomía Patológica del INT cuenta con cuatro test validados, y ya se encuentran en camino, a punto de validarse, tres mutaciones más, lo que implica un importante esfuerzo por mantenerse siempre al día, “porque la aprobación de las drogas y la inclusión en las canastas o en los comités de drogas son de un día para otro. Pero la validación de una técnica demora un tiempo: tú la instalas y después la tienes que validar”, asevera la doctora Fernández.
“Por ejemplo, nosotros estamos ahora validando la técnica en sangre, donde tú sacas sangre del paciente y eres capaz de determinar una de las mutaciones de resistencia, sin necesidad de sacar tejido”, finaliza la profesional.
No podemos olvidar
Así como el INT debe estar cada día mas preparado para el diagnóstico y atención del paciente con cáncer pulmonar, otro importante desafío que se presenta es contar con medios para implementar programas de screening precoz que permitan incrementar el porcentaje de pacientes con etapas curativas.
Sin embargo, por sobre todo no se debe olvidar que el mayor impacto está en la prevención y el diagnostico precoz. Por ello, es importante fortalecer la política pública en la prevención del consumo de tabaco y la posibilidad de tratamiento en el abandono de este.
El instituto Nacional del Tórax fue el primer hospital público del país en desarrollar un Programa de Cesación del Tabaquismo, a través del cual se realiza terapia de cesación tabáquica desde hace más de 20 años, tanto en modalidad individual como grupal.
La doctora Guacolda Benavides, broncopulmonar y jefa del programa antitabaco del INT, relata que el tratamiento contempla sesiones de trabajo grupal, donde los participantes reciben educación y herramientas de apoyo farmacológico de parte de un equipo conformado por médicos, psicólogos y enfermeras. “El proceso dura 7 semanas consecutivas, con una sesión semanal y luego evaluación y el seguimiento al mes, 6 y 12 meses”, puntualiza.