A paso firme avanzan las obras de remodelación del Instituto Nacional del Tórax, trabajos en los que se están invirtiendo 6 mil 500 millones de pesos, y que permitirán a este establecimiento enfrentar con una cara renovada el desafío de ser el principal centro de referencia nacional en tratamiento de patologías cardiacas y pulmonares complejas.
Estas labores, que partieron en mayo de 2013 y se espera que concluyan en marzo de 2016, incluyeron la construcción de un edificio de 400 metros cuadrados para instalar a las unidades administrativas del hospital, y la remodelación de 2.500 metros cuadrados del edificio construido en 1954.
“Esta remodelación obedece a la necesidad del Instituto de responder de mejor manera a la demanda de ser un centro de referencia nacional de trasplantes pulmonares y cardiacos, de patologías pulmonares y cardiacas complejas, y como referente de ECMO (la sigla en inglés de Oxigenación por Membrana Extracorpórea)”, explica Laura Morlans, Subdirectora de Operaciones del INT.
Transformaciones que han causado más de algún trastorno tanto a los usuarios como a los funcionarios del INT, pero que -dice Laura Morlans- “es un esfuerzo que se debe hacer para tener una mejor infraestructura y conservar el patrimonio público, tanto para los funcionarios del INT como para el 80% de los chilenos que son usuarios de la Salud Pública”.
Fluidez y ahorro
Si bien el nombre del proyecto es “Habilitación e Implementación de la Unidad de Paciente Crítico y Laboratorio de Hemodinamia”, lo cierto es que no sólo afecta a esas áreas, sino que también a las que les prestan servicios y les dan apoyo, explica Laura Morlans. De ahí que, agrega, en lo sustancial las obras incluyen: el fortalecimiento de la unidad de paciente crítico, con 18 camas más para pacientes críticos, y la ampliación y fortalecimiento de la red de cardiología intervencional.
Avances tecnológicos
En el caso de Cardiología Intervencional, de las cuatro salas proyectadas dos serán de electrofisiología y las otras dos de hemodinamia. Una de estas será una sala híbrida: “Ahí vamos a tener un angiógrafo que tiene la posibilidad de moverse de tal manera que, si se está atendiendo a un paciente y se determina que se le debe hacer una cirugía cardiaca, no habrá necesidad de moverlo a pabellón, sino que podrá ser intervenido quirúrgicamente en el mismo lugar”, explica Laura Morlans.
Además del angiógrafo, que está en proceso de licitación, también se va a incorporar un endosonógrafo bronquial (EBUS), en la Unidad de Broncoscopía, que permite realizar biopsias de ganglios mediastínicos (varios grupos de nódulos linfáticos, especialmente a lo largo de la tráquea, a lo largo del esófago, y entre el pulmón y el diafragma), de forma ambulatoria y sin necesidad de realizar una cirugía.
“Cada día los procedimientos están más orientados a que sean mínimamente invasivos y ambulatorios. Es decir, con este tipo de equipamientos se podrán resolver patologías complejas, sin necesidad de hospitalizar y hacer cirugía torácica, liberando camas para aquellos pacientes que realmente la requieren.”, agrega.
En marzo de 2016 se espera tener las obras completas y el equipamiento a punto para ser usado. Esterilización, Broncoscopía e Imageneología ya están en funcionamiento, el laboratorio clínico está en vías de traslado, la unidad de cuidados intermedios está con 90% de avance y las salas de Cardiología Intervencional con 10% de avance.
Serán casi cuatro años de grandes cambios y más de algún inconveniente: “Los cambios siempre son difíciles tanto para los funcionarios como para los pacientes y sus familiares”, reconoce la Subdirectora de Operaciones, quien agrega: “Con este cambio, no exento de dificultades, vamos a lograr tener una institución a nivel de cualquier centro internacional, con la más alta tecnología. Y eso gracias al esfuerzo de todos los funcionarios del instituto que se han puesto la camiseta y han resuelto en conjunto las dificultades que se han presentado”.