Los resultados de la última encuesta nacional de salud de los años 2009-2010 arrojó que el 63.2% de los chilenos tiene sospecha de tener algún trastorno de sueño.
A partir de estos datos, diversos estudios se han realizado desde entonces para evaluar la calidad del sueño de los chilenos, y hacer un llamado a tomar consciencia de la importancia de dormir lo suficiente y los riesgos que la falta de sueño puede provocar en el organismo. Los trastornos del sueño más comunes son el insomnio, la apnea del sueño y las piernas inquietas. Sin embargo, también existen otros como los trastornos del ciclo de sueño-vigilia, más conocidos como «sueño cambiado».
Ariel Cisternas, Jefe Unidad de Medicina del Sueño del INT explica que el dormir bien es fundamental para tener una vida más saludable y cualquier alteración requiere no sólo modificar hábitos en favor de un buen sueño, “sino que la visita a un especialista cuando detectamos que se coloca en riesgo la vida, por ejemplo, en la conducción, que es algo muy habitual”.
Añade que en este día hay que destacar sobre todo los beneficios de un sueño reparador: “Durante el sueño se realizan fenómenos fisiológicos necesarios para el equilibrio psíquico y físico, como la consolidación de procesos de aprendizaje y memoria, la reparación celular y la recuperación del sistema inmune, entre otros”.
Juan Carrillo, médico especialista en sueño del INT agrega que la realidad chilena respecto del sueño es algo preocupante si consideramos que “en Chile, en la población mayor de 18 años, un 61% es roncador habitual, el 18% presenta somnolencia diurna excesiva y el 18,5% presenta pausas (apneas) observadas al dormir. Estos son síntomas o manifestaciones de apnea del sueño, una condición que conlleva un mayor riesgo cardiovascular, de accidentes, mal desempeño en el trabajo y ausentismo laboral”, sostiene.
Para dormir bien, nuestros especialistas nos entregan algunos consejos que no sólo hay que conocer, sino que aplicar:
1. No beber alcohol en cantidades excesivas ni fumar 4 horas antes de acostarse.
2. No consumir cafeína 6 horas antes de acostarse. Incluye café, té, bebidas colas y chocolate.
3. No ingerir comidas abundantes, picantes o muy dulces 4 horas antes de acostarse. En cambio, se recomienda ingerir una colación ligera antes de irse a la cama.
4. Bloquear ruidos y eliminar luces innecesarias en el dormitorio.
5. Evitar dormir siesta por más de 30 minutos al día.
6. Hacer ejercicio regularmente, pero no inmediatamente antes de acostarse.
7. Mantener una temperatura confortable y buena ventilación en el dormitorio.
8. Procurar una cama cómoda para dormir o tener actividad sexual. Evite usarla para trabajar, mirar televisión, usar computadores, jugar con el teléfono.